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Delirios de España. Las frivolidades que cambiaron un país
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Delirios de España. Las frivolidades que cambiaron un país

Author: Podium Podcast

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Description

En el año 2000, Nicole Kidman y Tom Cruise se mudaron a Madrid. El rodaje de Los otros, la película más cara de la historia del cine español, consiguió algo que no había ocurrido antes y que no volvería a ocurrir después: traer Hollywood a España. Aquel choque de culturas fue un “bienvenido Mr Marshall” en el cambio de siglo. Durante un verano, convivieron las estrellas de Hollywood (y sus representantes, sus publicistas y su manera de hacer las cosas) con un equipo de españoles que no sabía dónde se estaba metiendo: cada día se encontraban con una sorpresa nueva (la estrella quiere un camerino nuevo, el director debe hacer 34 cambios en el guion sí o sí, está prohibido mirar a Tom Cruise a los ojos)... en una España que por fin se sentía parte del primer mundo pero que todavía arrastraba viejos complejos de inferioridad. Por un lado, asumían con mucho cachondeo lo de “están locos estos americanos”. Por otro, no había tiempo para frustraciones: había que sacar adelante ese proyecto tan ambicioso a toda costa. Y lo consiguieron. Los otros sigue siendo hoy la película española más taquillera de la historia. Aquella hazaña no fue nada, nada fácil. Y esta es la historia. 

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En este episodio especial con público, Juan Sanguino y el cineasta Nacho Vigalondo comentan los mejores momentos de la película ‘Los otros’, desgranan anécdotas que se quedaron sin contar e invitan al escenario a la verdadera estrella de la temporada: Emiliano Otegui.
Harvey Weinstein se quita la máscara e intenta recortar la película a su gusto. Alejandro se planta. Al final, Harvey le pide perdón literalmente de rodillas. Los otros se estrena un día después de que Nicole Kidman y Tom Cruise firmen su acuerdo de divorcio: la primera imagen de Nicole Kidman soltera fue del brazo de Alejandro Amenábar, exclamando: “Ahora por fin puedo ponerme tacones”.  https://tickets.circulobellasartes.com/es/1144-actividades/11123-delirios-de-espana-juan-sanguino-y-nacho-vigalondo/info  
El rodaje se traslada a Cantabria, pero Nicole viaja sola. Y llega cuatro semanas después de lo previsto. Se trata de otra Nicole: seria, impaciente y dispuesta solo a hacer una toma por cada escena. Pero Alejandro Amenábar tiene que acabar esa película. Sea como sea. Y otra cosa que acaba es el matrimonio Cruise – Kidman. 
El rodaje se detiene. Otra vez. Harvey Weinstein (el que faltaba) se presenta en Madrid para exigirles que se la cedan a la Fox para rodar escenas extra de Moulin Rouge en Fuenlabrada. Tom Cruise, mientras tanto, disfruta de la vida madrileña y se va a ver al Real Madrid y a jugar al golf. 
Arranca el rodaje y los americanos intentan detenerlo: la niña no les gusta, hay que cambiarla y coger otra. Los españoles se plantan. Y la niña, lejos de agradecer esa confianza en ella, se rebela y se niega a aprenderse sus diálogos. Nicole, por su parte, continúa con sus poblemas de rodilla y con una cojera que, según algunos, resulta un poco sospechosa... 
Nicole Kidman aterriza en Madrid con una sonrisa, tres pelucas carísimas y 34 sugerencias de cambios de guion. Y con “sugerencias” quiere decir “exigencias”: o Alejandro acomete esos cambios o Nicole coge las maletas y se vuelve a Los Ángeles. 
Y por fin llega Tom Cruise. Los españoles se lo pasan bomba con la llegada de los americanos, que preguntan a qué hora se hace la siesta en el rodaje, alucinan con que haya churros, cocido y cachopo en el cátering y se quejan de que la mayoría del equipo no hable inglés. Pero claro, tienen que encontrar la manera de entenderse... 
Todo está listo. El decorado empieza a coger polvo. El equipo entero está contratado y cobrando su sueldo. Y la estrella... la estrella no llega. Los retrasos en el rodaje de Moulin Rouge obligan a todo el equipo de Los otros a quedarse en su casa de brazos cruzados, mientras el presupuesto, que ya de entrada era enorme, sube un 30%. La prensa empieza a hablar de Los otros como una película maldita, una locura de unos flipados que, en realidad, nunca se va a hacer. Y la industria enseña la patita: hay ganas de ver fracasar a Amenábar. 
El presupuesto no deja de subir. Los gastos imprevistos se acumulan. Y los españoles no dan crédito a tanto dispendio absurdo, pero enseguida deben asumir su nueva realidad: si quieres trabajar a la americana, tienes que gastar a la americana. 
Los españoles se están viniendo arriba, pero enseguida se topan con la realidad: la banca siempre gana. Hollywood siempre gana. El sexto sentido les arruina el final sorpresa y, mientras se pavonean en la prensa española de que van a hacer historia, una visita americana les recuerda su lugar en la cadena alimenticia. 
Una noche, Alejandro Amenábar escuchó unos pasos por el techo y decidió escribir una película de terror. Seis meses después, Alejandro voló a Nueva York para reunirse con Nicole Kidman, Tom Cruise y Harvey Weinstein. Así comenzó el sueño español. 
En los Goya de 1997, un chaval universitario de 23 años arrasó con Tesis, su primera película. Con la irrumpción de Alejandro Amenábar arrancaba una era dorada, en la que el cine español, de repente, empezó a molar entre el público joven. 
En el año 2000, Nicole Kidman y Tom Cruise se mudaron a Madrid. El rodaje de Los otros, la película más cara de la historia del cine español, consiguió algo que no había ocurrido antes y que no volvería a ocurrir después: traer Hollywood a España
Juan Sanguino conversa con la periodista Ángeles Caballero sobre el impacto de las revistas del corazón en las familias de clase media de los años 90. También analizan el fenómeno de las ‘mocatrices’ y ahondan en el calvario mediático que sufrió Mar Flores a lo largo de esa década. Para terminar, Sanguino y Caballero exploran la propia idea de por qué Mar Flores y no otra fue la mujer elegida como emblema de aquel momento.
Episodio 6. Sentencia

Episodio 6. Sentencia

2024-06-2742:00

La chica que quería salir en las portadas acabó hospitalizada por una de ellas. Sumida en una depresión y, convertida en una obsesión para España, Mar Flores se convirtió en el punto de no retorno para una prensa rosa que cambió asumiendo acciones ilegales y descarnándose en ‘Tómbola’. El periodista Juan Sanguino y aquellos que conocieron a la modelo de primera mano en su época descubren cuándo, cómo y por qué decidió desaparecer. Pero, sobre todo, quién y cuándo la sentenciaron.
Y el cuento de hadas casi se hizo realidad. La chica de Usera estuvo a punto de entrar en la Casa de Alba y convertirse en Condesa consorte de Salvatierra. 1998 fue el gran año de Mar Flores: una película, un programa de televisión de éxito y un nuevo estatus social. Nunca tuvo tantos ojos pendientes de ella. Y, secretamente (o no tanto), muchos de esos ojos querían verla caer. Porque no olvidemos la moraleja de este cuento: la mujer fatal siempre debe recibir su castigo.
La vida de Mar Flores era consumida por el público como un culebrón y eso tenía una consecuencia directa: pocos la percibían como un ser humano. Los culebrones, como las revistas del corazón, se cuentan sin artistas emocionales. Sin grises morales. Para llegar a mucha gente debían recurrir a estereotipos y, por eso, fue fácil construir una imagen ficticia de Mar: la mujer fatal, fría, calculadora y ambiciosa. Pero en ese culebrón había más de un guionista en la sombra.
De la noche a la mañana, Mar Flores se convirtió en la mujer que más revistas vendía en España. Su relación con el empresario Fernando Fernández Tapias supuso el epítome del lujo, el escándalo y los prejuicios de la sociedad española contra las mujeres. Ella no fue la única (el cliché del empresario y la modelo marcó la crónica social de los 90), pero sin duda fue la que más habladurías despertó. Y casi todas bastante crueles.
La irrupción de las cadenas privadas trajo consigo un complejo industrial de la belleza: la tele española se llenó de chicas jóvenes, guapas y simpáticas que valían para lo que hiciera falta. Presentadoras, bailarinas, azafatas, actrices, cantantes... lo que años después la cultura popular bautizaría con el término “mocatriz”. Mar Flores fue una de las más rutilantes, pero su ascenso a la fama estuvo lleno de todo tipo de violencias machistas.
La generación de Mar Flores creció con la tele siempre puesta en casa. La tele era un lugar feliz donde todo el mundo reía, bailaba y era bellísimo. La tele era la solución a todos los problemas. Un día, Mar iba caminando con una amiga por un centro comercial y les ofrecieron apuntarse a un concurso de modelos. Mar ganó. El premio era un viaje a París. El premio era salir de Usera. Y Mar, una vez probó la espuma de la vida, no se volvería a conformar con el agua del grifo.
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