CUANDO LA IZQUIERDA SOLO QUIERE ANTICOMUNICAR
Update: 2025-12-29
Description
Pedro Herrero desmonta lo que define como uno de los ejemplos más claros de anticomunicación política vistos en los últimos años: un vídeo del PSN-PSOE pensado, supuestamente, para “combatir bulos” en la sobremesa navideña… y que acaba revelando un desprecio profundo por la gente a la que dice representar, además de comentar un vídeo de Kevin Lucero.
El punto de partida es el ya famoso marco del “cuñado de derechas”: un trabajador de fábrica, con un sueldo normal, que se queja de pagar muchos impuestos. En lugar de escuchar, entender o responder desde la experiencia compartida, el vídeo opta por ridiculizarlo, infantilizarlo y humillarlo. Para Pedro, ahí se rompe todo: no hay comunicación, solo provocación.
El análisis entra a fondo en una pregunta clave:
👉 ¿Cuál es el objetivo real de este tipo de mensajes?
¿Convencer? ¿Tender puentes? ¿Ganar votos?
La respuesta de Pedro es demoledora: no. El objetivo es enfadar, ofender y marcar superioridad moral. Es decir, llevarte mal con tu cuñado, no dialogar con él.
Uno de los momentos centrales del bloque es la crítica a cómo se utilizan temas gravísimos —sanidad, enfermedades, agresiones, violencia— como armas retóricas, lanzadas a la cara de alguien que simplemente expresa malestar económico. Pedro subraya lo obsceno de responder a “me cuesta llegar a fin de mes” con “en Holanda una leucemia cuesta 40.000 euros”. Eso no es pedagogía: es cinismo comunicativo.
El vídeo avanza hacia una reflexión más profunda:
muchos cuadros políticos jóvenes han vivido toda su vida dentro del simulacro, rodeados únicamente de activistas, redes sociales, consignas y validación interna. No saben hablar con alguien que no piensa como ellos, porque nunca lo han hecho. Y cuando lo intentan, fracasan estrepitosamente.
Pedro analiza también el uso de la identidad sexual como arma, no como puente. Señala cómo presentarse desde la provocación permanente (“maricón y apóstata”) no construye vínculos, sino rechazo. No porque la gente sea homófoba, sino porque percibe agresión, no humanidad. La identidad se convierte así en herramienta de choque, no de representación.
La tesis central del bloque es clara:
👉 cuando tu comunicación está diseñada para joder al otro, eso se nota.
Y cuando eso se nota, la gente desconecta, te rechaza y deja de escucharte.
La conclusión es demoledora para cualquier proyecto político:
no se puede aspirar a representar a una mayoría social desde el desprecio, la burla y el simulacro. La política que no busca caer bien, entender y escuchar, no comunica: expulsa.
Una de las piezas más duras y reveladoras de Crónicas Bárbaras sobre por qué cierta izquierda ya no conecta con nadie fuera de su burbuja.
Crónicas Bárbaras es un canal de análisis político y cultural presentado por Pedro Herrero. Aquí se examinan discursos, gestos y errores que explican por qué la política falla cuando deja de hablar con personas reales.
El punto de partida es el ya famoso marco del “cuñado de derechas”: un trabajador de fábrica, con un sueldo normal, que se queja de pagar muchos impuestos. En lugar de escuchar, entender o responder desde la experiencia compartida, el vídeo opta por ridiculizarlo, infantilizarlo y humillarlo. Para Pedro, ahí se rompe todo: no hay comunicación, solo provocación.
El análisis entra a fondo en una pregunta clave:
👉 ¿Cuál es el objetivo real de este tipo de mensajes?
¿Convencer? ¿Tender puentes? ¿Ganar votos?
La respuesta de Pedro es demoledora: no. El objetivo es enfadar, ofender y marcar superioridad moral. Es decir, llevarte mal con tu cuñado, no dialogar con él.
Uno de los momentos centrales del bloque es la crítica a cómo se utilizan temas gravísimos —sanidad, enfermedades, agresiones, violencia— como armas retóricas, lanzadas a la cara de alguien que simplemente expresa malestar económico. Pedro subraya lo obsceno de responder a “me cuesta llegar a fin de mes” con “en Holanda una leucemia cuesta 40.000 euros”. Eso no es pedagogía: es cinismo comunicativo.
El vídeo avanza hacia una reflexión más profunda:
muchos cuadros políticos jóvenes han vivido toda su vida dentro del simulacro, rodeados únicamente de activistas, redes sociales, consignas y validación interna. No saben hablar con alguien que no piensa como ellos, porque nunca lo han hecho. Y cuando lo intentan, fracasan estrepitosamente.
Pedro analiza también el uso de la identidad sexual como arma, no como puente. Señala cómo presentarse desde la provocación permanente (“maricón y apóstata”) no construye vínculos, sino rechazo. No porque la gente sea homófoba, sino porque percibe agresión, no humanidad. La identidad se convierte así en herramienta de choque, no de representación.
La tesis central del bloque es clara:
👉 cuando tu comunicación está diseñada para joder al otro, eso se nota.
Y cuando eso se nota, la gente desconecta, te rechaza y deja de escucharte.
La conclusión es demoledora para cualquier proyecto político:
no se puede aspirar a representar a una mayoría social desde el desprecio, la burla y el simulacro. La política que no busca caer bien, entender y escuchar, no comunica: expulsa.
Una de las piezas más duras y reveladoras de Crónicas Bárbaras sobre por qué cierta izquierda ya no conecta con nadie fuera de su burbuja.
Crónicas Bárbaras es un canal de análisis político y cultural presentado por Pedro Herrero. Aquí se examinan discursos, gestos y errores que explican por qué la política falla cuando deja de hablar con personas reales.
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